Cómo se elabora el requesón de cabra

El proceso de elaboración de requesón de cabra es realmente sencillo. Lo único necesario es provocar la fermentación del suero de leche para que adquiera la consistencia y el sabor adecuados. Para ello es necesario someterlo a una temperatura de 90 grados durante 30 minutos.

Esta sencillez no implica que no requiera técnica. La temperatura siempre se debe mantener constante y es mejor no aplicarla directamente sobre el suelo de leche. Por eso se usan maquinarias específicas como las requesoneras o los lactofermentadores. De esta manera se consiguen productos de mayor calidad.

Después de este paso es necesario dejar en reposo el producto durante unos 15 minutos para luego escurrirlo para retirar el exceso de agua. A partir de ese momento y hasta que es consumido es necesario que permanezca a una temperatura de entre 2 y 4 grados para que mantenga sus propiedades.

Durante ese tiempo de elaboración del requesón de cabra se va secando y va adquiriendo su consistencia y apariencia final. Esto es lo que se conoce como oreo y también se debe hacer en las condiciones adecuadas para que el sabor y la textura sean los idóneos.

Antes del envasado se le puede añadir el punto de sal para conseguir el sabor concreto de cada requesón de cabra. Se debe consumir antes de 25 días desde su elaboración y siempre se debe conservar refrigerado.

Como ya hemos indicado, aunque el proceso de elaboración del requesón de cabra parece sencillo requiere mucho del control de las condiciones ambientales y de la duración de los tiempos. Se siguen estrictos controles de calidad para que el producto final siempre sea el adecuado.