Elaboramos este queso de forma tradicional para que mantenga todas sus propiedades y su auténtico sabor. Durante el proceso de fabricación el queso se envuelve en una servilleta y se deja madurar, este proceso hace que los bordes del queso sean redondeados y se creen unas estrías debidas a la presión del nudo de la tela.
Con tan solo 25 días de maduración, su textura es poco elástica sin llegar a ser rígida y su sabor es mantecoso, suave y franco.